14 mar 2011

Me Suicido Por Comida

Muchas cosas, no tienen sentido. Mejor dicho, muchas cosas duelen mucho entenderles, aprender que ciertas tienen una causa muy oscura, aun más si vemos su simpleza.

Que se me dificulta explicarte, mi vida, que no quiero morirme anónimamente. Fama post morten? Quizá, pero no lo cambio por la Petit. No mientras exista, porque existe. Y en el resto de cosas creo, y hasta ahí nomás.

La escena, entretenida y llena de posibilidad de morbo.

Cae un cadáver, sobre sus anteojos. No podrá ver lo que nosotros, quizá oír. Y eso me afecta, que oiga lo que tenemos para decir, que sienta lo que tenemos para hacer y aún más, que desconozca lo que no haremos.

El cadáver llama alguna atención, que no demasiada. Sólo es uno más a la lista del Tsunami. Los aún no cadáveres, algunos, se mueven. Otros, las cabezas y sus pensamientos. Los últimos, siguen muriendo a su estilo.

Que estilos sobran y tambien plagios, masa y estupidez.

Una chica de linda silueta y barato sexo virginal se acerca, riendo. Sospecha, quizá, la posibilidad de ver a alguien muriendo. De sacarse una foto con el, y subirla al facebook. Sus amigos, desde atrás, la obligan a actuar. Ella cumple.

Vuelve, decepcionada por la parca. Come algo, vuelve a morir a su manera. Repite la acción, y se repite la decepción.

Ya volverá, aún viva.

Y si bien veo el cuerpo, viviendo (sin saber qué quiere, seguramente), noto por el lado opuesto de mi radio, la revelación de centurias de filosofía comercial en la mano de un hombre, en el discurso de un rey, o mejor, en la desesperación de la exitación.

Cae, él. Ella suelta su pelo, lo mira. Él sigue su monólogo, comentando algo sobre hacer el bien pero terminando al revés, haciendo el mal. Al menos este no miente, sabe lo que dice: No notó el casi cadáver cerca suyo, aunque seguramente escuchó el ruido. Que número de cadáver será este? me preocupa más que el número de botín sexual.

Volvemos. El rechazado por cielo e infierno sigue con señales de vida. Vienen los médicos, aunque confío más en mi compañero de al lado. Reímos, y no por nervios. La situación amerita más risa que...lágrimas.

Volvió, como profeticé antes, y tambien en este escrito.

"Ufa, no se murió, sigue vivo".

La inocencia, la estupidez, la verdad, la falta de pudor, la falta de falsa actuación, la necesidad de la gracia social, el rechazo al abrazo sentimental, la negativa a la reflexión improductiva, parcial y buscadora de redención a dios sabrá qué dios.


Y en el resto de cosas creo, y hasta ahí nomás.

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