25 abr 2011

A la Esquina de la Vuelta

Es frío y gigante, sobre mi espalda. 
Tremendo, tres letras su palabra.
No siente, no teme a nada.
Su avance, no tiene parada.


Revolotea, como un niño.
Su daño, sútil y fino.
Naturaleza, corrosiva.
Expectativa, ni la vida.


Moribundo, con mil heridas.
Me arrastro, a la salida.
Veremos, si me pierdo.
O si la encuentro, eso espero.


No importa condición.
Para su rendición.
Sólo o con compañía.
Dejar de ser de rapiña.


La llamada de atención.
La daga del peor.
El duelo de las victimas.
Las calles nunca tibias.

14 abr 2011

Juegos

No pares mi amor
no pongas final
esto no tiene
si tú no lo entiendes
será el final.

No
no te detengas
no me molesta
ahogarme contigo
ahogarme en tí.
 

Déjame
déjame volar
yo te lo juro
y lo prometo
llevaré, tus manos al viento.

No busques 
ya lo sabrás
buscando se encuentra
pero es mejor
que, te encuentren.

No hay rincón
del suelo sin nos
el tiempo sigue
nosotros también
ámame otra vez.


Entiendes
que debes soltar
mi mano es tuya
déjala ya
y vuélvela a tomar.



No pares mi amor
no
déjame
no busques
no hay rincón.



Entiendes.







9 abr 2011

Fríos Cobres

 Difícil irse cuando queda por quién perderse, difícil irse, sin extrañarte. Las monedas no alcanzan a valer lo que encontrarte, y sobran cuando en mi frío asiento sigo besándote.

 Y no caigo en la cuenta de lo que vales. Cuánto vale algo que no cuesta? como un gusto se vuelve una necesidad, o cómo gusta que algo se necesite? cómo saberte vicio mas no enfermedad? no hay síndrome alguno en mí, de sufrir abstinencia de tí.


 No mas que estas pocas letras, pero incluso aún sigues aquí.


 Cuando en mi frío asiento sigo besándote.
 

Deus ex Machina

 Porque no tiene sentido buscar conociendo el todo ni ignorándolo, es que esa noche fue como fue. Digamos que intenté conformar de tu por mí ignorada incertidumbre, una rutina. 

 Y de tu rutina, una combinación de elementos que...eso que forman nuestras noches, y las desgarran como los gritos silenciados y los suspiros que ensordecen.

  Quedándome sordo entonces, me resta sentir tus labios y leer tus ojos, que cambian de página cada segundo, o vuelve a la misma...o no es nada más que el reflejo por ahora nublado de una real felicidad.

  Lluevan entonces, cielos de verde, lluevan y dejen embriagar a ese ser de lo desconocido, de lo cotidiano, 



 De lo realmente hermoso que puede ser vernos a los ojos.

8 abr 2011

Mucho caídos, pocos por volar

Este día opté por el cigarro y la vereda. Por primera vez, ver a la gente pasar sin estar pasando junto a ellos. Serán como yo? ojalá caminen buscando un ave que las saque de su nido. Ja, ni se me ocurriría decir que se vayan a volar, sino que las lleven sobre su lomo. Los que vuelan no caminan, eso es obvio. Solamente están esperando, en la terminal, al pasajero que demuestre tener las alas inexpertas, heridas, perdidas.

Pero cómo concebir a una multitud volando, si la misma ya no ve los pájaros volar? Y eso que incluso hacen ruido para mostrar que ahí están, tristes mas no orgullosos, por ser los pocos en poder confundirse con el cielo. Ah, si pudiera hacerlo con mis amigos, con todos, los que me quieren y los que me juraron el para siempre. Los tomaría de la mano, pero sería inútil.


Porque en su momento no sabía hacerlo. Ni veía a los que podían. Simplemente decidí anestesiarme contra ciertas cosas, imperceptibles. Pero si decidí anestesiarme, era porque al menos yo, podía sentirlas. Y es así, que terminé como yo.


Caído sin haber tomado altura, vencido sin haber participado de lucha alguna. Herido y sin nadie para curarme. Pues a todos les veía la cruz pero nadie sacaba las vendas, solo risas, que nunca faltaban. Y yo feliz, con ese maldito placebo, reía. Irónicamente sólo la mía curaba, lo curaba todo y permitía a ciertos caídos recuperarse e irse, sin mí.


Por eso he decidido por el cigarro y la vereda, y verlos caminar, pasados amigos. Ya no tienen mis risas. Ya no tienen cómo volar.








1 abr 2011

Maldita

Mi nuevo mundo ha nacido en forma de habitación. Periodos de soledad donde termino acompañándote más que cuando tengo mis manos en tu rostro. Y es que cuando eso, más solo me siento. Imposible olvidar el disfruto de nuestras eternidades de momentos pero también el hecho de que la vuelta es solitaria y me muestra al fin mortal.

Y no me voy corriendo para entender si volveré a verte, simplemente me voy.

Porque tú eres maldita.


Te presentas roja sangre invadiendo mi vitalidad. Si las porquerías están bajo nuestros zapatos en forma de polvo blanco y en cada esquina batallas por gatillar, no queda más que una vida a base de suspirar. Suspiros porque eres maldita.


Destino manifiesto en forma de hijos y de relaciones acabadas, la firma final. Hijos que tendré y cuentas que pagaré, quizá, no lo sé. Celos, reuniones y vidrios rotos. Reproches, castigos y conformidades. Termina de una vez, maldita, con tus maldades. Deja de fomentar mi desconsuelo, de destruirme arrodillándome contra el suelo. Bájate de mi cabeza, de mis sueños. Esfúmate en recuerdos, tal vez en lamentos, por momentos.


Pero mi único destino es escribir, a tí y contigo. Destino apenas manifiesto pero convertido en el peor castigo. Déjame en paz. En un par de brazos.


Maldita.


Maldita realidad.