Conquistaré tu desnudez prenda por prenda mientras diagramas el
destino de mi placer. Envuélvete en el misterio del por qué te alejas
tímida y exitada. Vuelve conmigo sin salir nunca de mis brazos y
regálame tus palabras de amor envueltas en mis gustos y cuerdas vocales.
Tus
declaraciones de afecto me marean y la luz ya no se necesita: estamos
brillando tanto que la opacamos y para opacos tenemos los días y los
seres humanos. Dicta la total oscuridad y siente cómo mis frías manos
toman temperatura en tu cuerpo. Suelta un suspiro, una risa y un lamento
por no lograr entender por qué pretendemos poder gozar de esto tantas
veces como segundos pasan entre un nosotros y un tú por correspondencia.
Veo
nuestras pieles mas no la cama. Condúceme como si no supiera que está a
mis espaldas. Gobierna mi apetito y haz que tu sensualidad le alcance
una mano, para que la tome entera. Descubréte desnuda siendo desnudada,
vístete de pasión e invita a la ternura a la celebración de nuestros
tactos.
Deja de sorprenderte por encontrarte desvestida y
extasiada al lado de mi cuerpo destapado, y a mis ojos vigilando tus
temores. Suelta mi mano y aprópiate de mi brazo. Entiende que si
abandonas mi brazo en ese momento, me dejas sin corazón. Demuéstrame
contando tus miedos, que te conozco desde antes del tú y yo sin el
nosotros por delante.
No olvides que si olvidas algo, lo
olvidamos. No dejes de amar que si amas algo, lo amamos. No pretendas
que con que pretendas algo, lo pretendamos. No mates la idea de que si
te matas, nos matamos. Acaba sabiendo que si acabas, acabamos.
Acabamos de empezar.
19 ene 2015
16 ene 2015
Ritmos
Tantas calles pateadas para estar acá otra vez, en el momento de decisión, sin saber qué opción tomar. I like drugs and shit, y la chica me gusta tambien. Shes my kind of girl lamentablemente, y no hay nada qué hacer para evitarlo.
Ya pensé evitarla. Ya las recomendaciones de hacerlo sobrevolaron mi cabeza y los mejores consejos de los mejores amigos, y así y todo sigo. Creo que me gusta jugar con fuego pero ya le perdí pasión al quemar con él, como un bailarín de tango que se siente cuadrado vistiendo todos los días zapatos de baile.
Apenas me los saqué empecé a caminar tranquilo, a mi ritmo, con la música que elijo cada día. Más lento o rápido, alterando las melodías a placer y al de los demás, siempre que me interesara.
¿Debo encenderme una vez más? ¿Romper la promesa que hice conmigo mismo tantas noches y que sigo haciendo? ¿Qué es este manto de tipo protector que se cierne sobre mi cabeza y no puedo evitar se coloque sobre mis ropas?
Por primera vez el deseo está de acuerdo con ser amigos y no me reconozco. Será el riesgo, lo ilegal. Será que esta vez tengo sobradamente conocido el poder de la vergüenza. O el miedo a fallar. De no cometer errores que se saldaron en el pasado conmigo mismo.
De esto quería escribir.
Y cómo me gustaría purificar todo con tan solamente salir y mojarme con la lluvia.
Y que ella esté conmigo.
Ya pensé evitarla. Ya las recomendaciones de hacerlo sobrevolaron mi cabeza y los mejores consejos de los mejores amigos, y así y todo sigo. Creo que me gusta jugar con fuego pero ya le perdí pasión al quemar con él, como un bailarín de tango que se siente cuadrado vistiendo todos los días zapatos de baile.
Apenas me los saqué empecé a caminar tranquilo, a mi ritmo, con la música que elijo cada día. Más lento o rápido, alterando las melodías a placer y al de los demás, siempre que me interesara.
¿Debo encenderme una vez más? ¿Romper la promesa que hice conmigo mismo tantas noches y que sigo haciendo? ¿Qué es este manto de tipo protector que se cierne sobre mi cabeza y no puedo evitar se coloque sobre mis ropas?
Por primera vez el deseo está de acuerdo con ser amigos y no me reconozco. Será el riesgo, lo ilegal. Será que esta vez tengo sobradamente conocido el poder de la vergüenza. O el miedo a fallar. De no cometer errores que se saldaron en el pasado conmigo mismo.
De esto quería escribir.
Y cómo me gustaría purificar todo con tan solamente salir y mojarme con la lluvia.
Y que ella esté conmigo.
Climax (Parte 1)
Apúrate y llega a mi calor
antes que el frío de la noche. Ponte tu mejor vestido y prepárate para
que tu desnudez le saque el protagonismo. Camina y seduce mi lìbido con
tus caderas mostrando sus aptitudes, tus brazos la libertad con la que
te diriges y tus ojos la certeza con la que actúas a la luz de nuestros
ojos bajo cuatro paredes.
Espérame y apúrame, hazme transpirar desde antes del comienzo. Demuéstrale a mis piernas que la noche será larga y deberán dar exámen. Dilata mis pupilas al enterarme que te encuentras enfadada, inicia en mi mente la idea de que no te tendré jamás y que solamente me quedan los recuerdos y mi imaginación para tener presente tu desnudez.
Mírame a los ojos, si es que puedes. Abre un poco los labios y cuéntame en mil idiomas lo que te ocurre conmigo. Arrímate lo justo y necesario para que todo mi ser te asedie sin tocarte. Intenta mirarme denuevo, trata de observar lo que mi mirada pretende de tí para ésta ocasiòn.
Dame la mano o niégamela con un ademán que demuestre prisa por terminar de no comenzar lo que nos toca. Déjame verte adelantarte e imaginarme cómo te correría en el trayecto al sitio que estipulamos para acabar de comenzar a desatar nuestros pecados capitales. Siente mi respiración a cada paso y mi hombría desencantarse por el hecho de aún estar en el camino de los mortales.
Pasa primero y recuerda que pones las reglas. No olvides que regla hay una sola y ya la conoces. Enfréntame cara a cara contra la pared o espera mi ataque a traiciòn y saborear la pintura de la misma. Trata de evitar enconvarte y demostrar que estás volviéndote una diosa en mis manos.
Acaba con el olvido de que tu también las tienes y úsalas como sabes usarlas. Intenta competir contra mi soberbio tacto y juega con mis suaves manos. Soporta la tensión de apenas haberla desatado. Dáte vuelta y empújame con una risa en el rostro. Camina lenta y suavemente hacia mi y acerca tu boca hasta el comienzo mismo de todo esto que llamamos el amor de nuestras vidas.
Retomemos nuestro oficio de amar abandonado la última noche que perdimos la consciencia de que no somos los únicos en el mundo y que el universo son una cama y dos almohadas. Cúbrete de satisfacción al volver a sentir mis labios que vuelven a entregársete como tus fieles esclavos nocturnos.
Déjate llevar por las sensaciones segundo a segundo que te provocan mis caricias. Descubre que aún no conoces todo lo que tu cuerpo puede sentir en una noche de pasión. Ábrete a la idea de que la noche será para siempre y que esto nunca volverá a pasar. Acuérdate que seguimos vestidos y que somos dos personas separadas y no un sólo ser.
Por ahora.
Espérame y apúrame, hazme transpirar desde antes del comienzo. Demuéstrale a mis piernas que la noche será larga y deberán dar exámen. Dilata mis pupilas al enterarme que te encuentras enfadada, inicia en mi mente la idea de que no te tendré jamás y que solamente me quedan los recuerdos y mi imaginación para tener presente tu desnudez.
Mírame a los ojos, si es que puedes. Abre un poco los labios y cuéntame en mil idiomas lo que te ocurre conmigo. Arrímate lo justo y necesario para que todo mi ser te asedie sin tocarte. Intenta mirarme denuevo, trata de observar lo que mi mirada pretende de tí para ésta ocasiòn.
Dame la mano o niégamela con un ademán que demuestre prisa por terminar de no comenzar lo que nos toca. Déjame verte adelantarte e imaginarme cómo te correría en el trayecto al sitio que estipulamos para acabar de comenzar a desatar nuestros pecados capitales. Siente mi respiración a cada paso y mi hombría desencantarse por el hecho de aún estar en el camino de los mortales.
Pasa primero y recuerda que pones las reglas. No olvides que regla hay una sola y ya la conoces. Enfréntame cara a cara contra la pared o espera mi ataque a traiciòn y saborear la pintura de la misma. Trata de evitar enconvarte y demostrar que estás volviéndote una diosa en mis manos.
Acaba con el olvido de que tu también las tienes y úsalas como sabes usarlas. Intenta competir contra mi soberbio tacto y juega con mis suaves manos. Soporta la tensión de apenas haberla desatado. Dáte vuelta y empújame con una risa en el rostro. Camina lenta y suavemente hacia mi y acerca tu boca hasta el comienzo mismo de todo esto que llamamos el amor de nuestras vidas.
Retomemos nuestro oficio de amar abandonado la última noche que perdimos la consciencia de que no somos los únicos en el mundo y que el universo son una cama y dos almohadas. Cúbrete de satisfacción al volver a sentir mis labios que vuelven a entregársete como tus fieles esclavos nocturnos.
Déjate llevar por las sensaciones segundo a segundo que te provocan mis caricias. Descubre que aún no conoces todo lo que tu cuerpo puede sentir en una noche de pasión. Ábrete a la idea de que la noche será para siempre y que esto nunca volverá a pasar. Acuérdate que seguimos vestidos y que somos dos personas separadas y no un sólo ser.
Por ahora.
Bazar de Amor
Entraste al bazar, buscando lo que todos. Hasta que entienden que no
hay que buscar, que eso, parte de nosotros. Será que hay gente más
enamorable que otras? que las diferencias son minúsculas, pero
signfiicantes? una mirada, una boina, unos labios, unas palabras, un
suspiro, en gemido.
Tengo que confesarte algo: nunca entraste aquí, este local no tiene escape, no tiene entrada. Vivimos aquí toda la vida, a veces nos olvidamos y buscamos. Generalmente sólo caminamos, y encontramos verdades. Como ésta. Que a veces no nos vamos, solo nos corremos a donde no da la luz, con alguien. Y pretendemos que la oscuridad del deseo pueda aplacar los destellos lujuriosos de un corazón maldito intentando decir que existe. Y todo es una excusa.
Porque éso no se compra, ya dije, se intercambia. Una fantasía por un miedoso, un capricho por una mentira, una creencia por un olvido, una vida por un beso.
Y yo estoy aquí, parado, con mi mejor traje y mi cartel con el precio.
Si ves el cartel vacío, blanco, es porque no me necesitas. Quizá nunca, mañana. Tal vez no esté, para acompañarte a donde no da la luz, y entonces olvidas y te pones a buscar. Si tan sólo me hubieras encontrado, entenderías que no se compra.
Pero en cambio, si se dió, que tengas algo que me hace bien, un suspiro de amor, entonces verás algo en el cartel. Borroso. Acércate y lee, no tengas miedo. Si tienes miedo, seguirás caminando: de eso tengo suficiente, no necesito que me lo den, sigue tu camino. Quizá, algún caprichoso te encuentre y te siga a la oscuridad. Un caprichoso que quiera miedo, que yo soy de los que no.
Y si por esas cosas, eres de las pocas, que quiere divisar qué dice el cartel, podrás leer. Porque para leerlo, deberás tener lo que busco: deberás ser caprichosa, un poco. Ignorar la conducta del resto. Comediante de lo propio. Dueña de tus ojos, esclava de tu cuerpo. Inquieta, pero tanto como yo. Tener dudas, y la certeza de indagar para que vengan nuevas, para desentrañarlas juntas. Transfórmame de tu gran duda a tu compañero. Ten la confianza de leer lo que otros no, y podrás.
Pero no pienses en qué puedes tener para darme, que al miedo hay un paso y hay otros alla esperando que lo des.
Entonces leerás el cartel, y si tenemos suerte, dirá tu nombre. O una palabra. Un sentimiento, un suspiro, un gemido.
Arrebátame el cartel, y seré tuyo esa noche.
Iremos a la oscuridad, sin darnos cuenta. O por qué no, nos amemos en la parte mas luminosa, disfrutando de nosotros. Los cuerpos, y algo más. La pasión, y mucho más. De esos pequeños, minúsculos detalles tan significantes, que sólo me alcanzan las palabras para generar la intriga de saber lo que son, porque como Dios, no hay pruebas de ello y solo queda creer, en que puedo, por una noche, ser el salvador.
Despierta. Y búscame denuevo.
Quizá puedas volver a leer el cartel.
Tengo que confesarte algo: nunca entraste aquí, este local no tiene escape, no tiene entrada. Vivimos aquí toda la vida, a veces nos olvidamos y buscamos. Generalmente sólo caminamos, y encontramos verdades. Como ésta. Que a veces no nos vamos, solo nos corremos a donde no da la luz, con alguien. Y pretendemos que la oscuridad del deseo pueda aplacar los destellos lujuriosos de un corazón maldito intentando decir que existe. Y todo es una excusa.
Porque éso no se compra, ya dije, se intercambia. Una fantasía por un miedoso, un capricho por una mentira, una creencia por un olvido, una vida por un beso.
Y yo estoy aquí, parado, con mi mejor traje y mi cartel con el precio.
Si ves el cartel vacío, blanco, es porque no me necesitas. Quizá nunca, mañana. Tal vez no esté, para acompañarte a donde no da la luz, y entonces olvidas y te pones a buscar. Si tan sólo me hubieras encontrado, entenderías que no se compra.
Pero en cambio, si se dió, que tengas algo que me hace bien, un suspiro de amor, entonces verás algo en el cartel. Borroso. Acércate y lee, no tengas miedo. Si tienes miedo, seguirás caminando: de eso tengo suficiente, no necesito que me lo den, sigue tu camino. Quizá, algún caprichoso te encuentre y te siga a la oscuridad. Un caprichoso que quiera miedo, que yo soy de los que no.
Y si por esas cosas, eres de las pocas, que quiere divisar qué dice el cartel, podrás leer. Porque para leerlo, deberás tener lo que busco: deberás ser caprichosa, un poco. Ignorar la conducta del resto. Comediante de lo propio. Dueña de tus ojos, esclava de tu cuerpo. Inquieta, pero tanto como yo. Tener dudas, y la certeza de indagar para que vengan nuevas, para desentrañarlas juntas. Transfórmame de tu gran duda a tu compañero. Ten la confianza de leer lo que otros no, y podrás.
Pero no pienses en qué puedes tener para darme, que al miedo hay un paso y hay otros alla esperando que lo des.
Entonces leerás el cartel, y si tenemos suerte, dirá tu nombre. O una palabra. Un sentimiento, un suspiro, un gemido.
Arrebátame el cartel, y seré tuyo esa noche.
Iremos a la oscuridad, sin darnos cuenta. O por qué no, nos amemos en la parte mas luminosa, disfrutando de nosotros. Los cuerpos, y algo más. La pasión, y mucho más. De esos pequeños, minúsculos detalles tan significantes, que sólo me alcanzan las palabras para generar la intriga de saber lo que son, porque como Dios, no hay pruebas de ello y solo queda creer, en que puedo, por una noche, ser el salvador.
Despierta. Y búscame denuevo.
Quizá puedas volver a leer el cartel.
Egos
Elévalo, sabes? Estoy aquí para que vueles. Llegué para que escapes,
de mí, de todos los yo, los míos y los que veo corretear día a día
buscando a alguien como tú, dios sabe dónde.
Pero Dios no existe, o al menos no llora. No puedo agarrarle la mano, no puedo llorarlo en silencio.
Tú.
Tú aprietas y ahorcas, y a veces sin apretar. Escapa mientras puedas, yo te seguiré. Tu ego crece y el mío emerge, reluciente, conforme. Y si me conformo, seguiré volando. Espero contigo.
Espero que sigas volando.
Tú.
Te rezo a diario para saber que existes. Que sos. Que cuando me arrodille buscando lo sagrado, estés ahí. Que cuando me flagele, seas quien lo haga. O el látigo. El flagelo.
Dios.
Eres tan grande, que lo nombré sin que exista. Sólo el puede sacarte de mi cabeza, por un segundo. Y vuelves. Vuelve para ser mas grande, conmigo. Vuela, sé la que sé que serás volando.
Conviértete en Diosa, la única.
Hasta que no me conformes. O no quieras volar.
O hasta que crea en Dios.
Pero Dios no existe, o al menos no llora. No puedo agarrarle la mano, no puedo llorarlo en silencio.
Tú.
Tú aprietas y ahorcas, y a veces sin apretar. Escapa mientras puedas, yo te seguiré. Tu ego crece y el mío emerge, reluciente, conforme. Y si me conformo, seguiré volando. Espero contigo.
Espero que sigas volando.
Tú.
Te rezo a diario para saber que existes. Que sos. Que cuando me arrodille buscando lo sagrado, estés ahí. Que cuando me flagele, seas quien lo haga. O el látigo. El flagelo.
Dios.
Eres tan grande, que lo nombré sin que exista. Sólo el puede sacarte de mi cabeza, por un segundo. Y vuelves. Vuelve para ser mas grande, conmigo. Vuela, sé la que sé que serás volando.
Conviértete en Diosa, la única.
Hasta que no me conformes. O no quieras volar.
O hasta que crea en Dios.
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