16 ene 2015

Climax (Parte 1)

Apúrate y llega a mi calor antes que el frío de la noche. Ponte tu mejor vestido y prepárate para que tu desnudez le saque el protagonismo. Camina y seduce mi lìbido con tus caderas mostrando sus aptitudes, tus brazos la libertad con la que te diriges y tus ojos la certeza con la que actúas a la luz de nuestros ojos bajo cuatro paredes.

Espérame y apúrame, hazme transpirar desde antes del comienzo. Demuéstrale a mis piernas que la noche será larga y deberán dar exámen. Dilata mis pupilas al enterarme que te encuentras enfadada, inicia en mi mente la idea de que no te tendré jamás y que solamente me quedan los recuerdos y mi imaginación para tener presente tu desnudez.

Mírame a los ojos, si es que puedes. Abre un poco los labios y cuéntame en mil idiomas lo que te ocurre conmigo. Arrímate lo justo y necesario para que todo mi ser te asedie sin tocarte. Intenta mirarme denuevo, trata de observar lo que mi mirada pretende de tí para ésta ocasiòn.

Dame la mano o niégamela con un ademán que demuestre prisa por terminar de no comenzar lo que nos toca. Déjame verte adelantarte e imaginarme cómo te correría en el trayecto al sitio que estipulamos para acabar de comenzar a desatar nuestros pecados capitales. Siente mi respiración a cada paso y mi hombría desencantarse por el hecho de aún estar en el camino de los mortales.

Pasa primero y recuerda que pones las reglas. No olvides que regla hay una sola y ya la conoces. Enfréntame cara a cara contra la pared o espera mi ataque a traiciòn y saborear la pintura de la misma. Trata de evitar enconvarte y demostrar que estás volviéndote una diosa en mis manos.

Acaba con el olvido de que tu también las tienes y úsalas como sabes usarlas. Intenta competir contra mi soberbio tacto y juega con mis suaves manos. Soporta la tensión de apenas haberla desatado. Dáte vuelta y empújame con una risa en el rostro. Camina lenta y suavemente hacia mi y acerca tu boca hasta el comienzo mismo de todo esto que llamamos el amor de nuestras vidas.

Retomemos nuestro oficio de amar abandonado la última noche que perdimos la consciencia de que no somos los únicos en el mundo y que el universo son una cama y dos almohadas. Cúbrete de satisfacción al volver a sentir mis labios que vuelven a entregársete como tus fieles esclavos nocturnos.

Déjate llevar por las sensaciones segundo a segundo que te provocan mis caricias. Descubre que aún no conoces todo lo que tu cuerpo puede sentir en una noche de pasión. Ábrete a la idea de que la noche será para siempre y que esto nunca volverá a pasar. Acuérdate que seguimos vestidos y que somos dos personas separadas y no un sólo ser.

Por ahora.

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