10 may 2011

Culpas y Castigos

No puedo evitarlo, ser el Capone de tu isla. El blister de tu pastilla, la bolsa de cocaína. No puedo evitar ni soy culpable, de ver debajo de la falda de alguien. De ver con mis ojos tu propiedad, tus deseos, frustraciones, de lograr evitar tu soledad. No me castigues, por ver tu compañera, por seducirla, por hacerla gritar. La risa es mi aliada y quedan pocos lugares, pocos para sin ella hablar.

Mi castigo es que pretendan castigarme por hablar por algo más que hablar, mirando viendo y volver a mirar, tu suerte está echada y no es castigar ni culpar. Tu castigo no es el mío, y no me quedan culpas por enterrar. Si mis ojos son más lindos, mi diversión mas fugaz o mi alma más capaz, para qué hablar?. Para qué culpar?.

La culpa es de la esquina, no del que la doblará. Ella estaba allí, antes de invitarla a flotar, antes de que la intentes cautivar. El castigo que encuentro o busco y tomo propio es el de no poder otra forma encontrar, para amar. Amame de la única forma y sabrás amar. Contale mis cuentos a ella y solo la perderás. El engaño dura poco, y ya no me querrás...castigar.

Agradecé que no toco una guitarra, que no miro pinturas con tu ademán. Tenés tus pequeños refugios donde mi parla triste y mis ojos del demonio nunca habitarán. Pero sabés, que nada anhelés más, que disputarla en mis terrenos, pretender ganar. No te culpo, amigo mío, espero que sepas ganar. Se gana en la competencia, o sabiendo callar. Soy callado y algo quieto si, pero no dejo de mirar.

Sólo es que suelo mirar.

Atrás.

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